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La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) se caracteriza por la presencia de la anomalía genética conocida como BCR-ABL1, la cual se origina por la translocación entre genes denominada t(9:22)(q34.1; q11.2) que da lugar a la formación de un nuevo gen que produce una proteína de fusión BCR-ABL1 y al cromosoma Filadelfia (Ph). El componente ABL1 de esta oncoproteína contiene actividad tirosina quinasa y desempeña un papel central en el fenotipo proliferativo de esta leucemia. El Cromosoma Filadelfia (Ph)) se encuentra en más del 90-95% de los pacientes con Leucemia Mieloide Crónica (CML), y en 20-25% de los adultos y 2-10% de los niños con Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA). La translocación génica t(9:22)(q34.1; q11.2) ocurre cuando los cromosomas 9 y 22 se rompen e intercambian partes entre el gen ABL1 (localizado en el brazo largo del cromosoma 9) y el gen BCR (localizado en el brazo largo del cromosoma 22) lo que genera una versión corta del cromosoma 22 (llamado Cromosoma Filadelfia o Ph) y la generación de un nuevo oncogén de fusión denominado BCR-ABL1. La presencia del nuevo oncogén BCR-ABL1 da como resultado la producción de proteínas oncogénicas con actividad de tirosina quinasa (o tirosina cinasa). Esta anormalidad genética está asociada al desarrollo de cáncer hematológico. El gen ABL1 en su situación normal expresa una proteína tirosina quinasa que requiere una activación específica para llevar a cabo su función, y está sujeta a mecanismos de regulación y control. La transcripción del oncogén de fusión BCR-ABL permanece activa continuamente, sin necesidad de ser activado por otras proteínas mensajeras. Esta transcripción continua del oncogén desemboca en una alteración descontrolada de proteínas y enzimas que gobiernan la regularidad del ciclo de división celular y consecuentemente se inhibe la reparación del ADN, causando inestabilidad del genoma y siendo un factor potencial desencadenante de la leucemia mieloide crónica. La presencia de las oncoproteínas de fusión o quiméricas BCR-ABL1 hace que ciertas células de la médula ósea produzcan grandes cantidades de glóbulos blancos anormales, convirtiéndose en células leucémicas que crecen sin control, se acumulen en la sangre y la médula ósea y desplacen a los glóbulos blancos sanos. En la LMC, la mayoría de las translocaciones caen en la región del grupo de puntos de ruptura principales del gen BCR y dan lugar a una de las dos moléculas de ARNm BCR-ABL1 que tienen una unión e13a2 (fusión del exón 13 de BCR con el exón 2 de ABL1) o una unión e14a2 (fusión del exón 14 de BCR con el exón 2 de ABL1) que codifica la oncoproteína de fusión p210 BCR-ABL1. En total, alrededor de dos tercios de los puntos de ruptura de BCR caen en la región del grupo de puntos de ruptura menores del gen BCR, y la transcripción híbrida BCR-ABL1 contiene una unión e1a2 (fusión del exón 1 de BCR con el exón 2 de ABL1) que produce la oncoproteína de fusión p190 BCR-ABL1. El punto de ruptura del gen BCR más común en la LMC es diferente del punto de ruptura más común en la LLA. Los puntos de ruptura típicos de la LMC producen la proteína de fusión más grande p210, en tanto que los puntos de ruptura que se observan con mayor frecuencia en la LLA Ph+ producen la proteína de fusión más pequeña p190. Sin embargo, el tipo de ARNm quimérico BCR-ABL1 no se asocia invariablemente con el tipo de enfermedad, como se observa por la presencia de LLA Ph+ que exhiben la proteína p210, y casos muy raros de LMC con p190 positivo. Por lo tanto, los resultados positivos de un ensayo de tamiz diagnóstico para el ARNm de BCR-ABL1 deben correlacionarse con los hallazgos clínicos y patológicos. Cuando los hallazgos en la morfología de la sangre y la médula ósea sugieren la presencia de LMC, el diagnóstico se confirma mediante la identificación del cromosoma Filadelfia (Ph) mediante un análisis cromosómico y/o mediante la detección del gen de fusión BCR-ABL1 por las técnicas de PCR o FISH. En el 5 %-10% de los pacientes con LMC que tienen translocaciones complejas que involucran los cromosomas 9, 22 y otros cromosomas, el cromosoma Ph no se puede identificar mediante análisis cromosómico. En estos pacientes, la FISH es especialmente útil para detectar el reordenamiento de BCR/ABL1. El cromosoma Ph también está presente en algunos adultos (~25%) y niños (2%-4%) con LLA. Esta prueba se puede utilizar para identificar la LLA con el reordenamiento de BCR/ABL1 (LLA Ph+). Este estudio es un ensayo cualitativo basado en PCR que se puede utilizar para identificar la LMC con el reordenamiento de BCR/ABL1 y la LLA cromosoma Ph positivo (LLA Ph+). Nombre(s) alternativo(s): Detección de la Translocación t(9;22); Detección del Cromosoma Filadelfia; Detección del Cromosoma Ph+; Detección del rearreglo BCR-ABL1; Análisis de Leucemia mielógena crónica (LMC); Análisis de Leucemia linfoblástica aguda (LLA) cromosoma Ph positivo; Translocación BCR-ABL1; Rearreglo genético BCR-ABL1.
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