Estudios

La bacteria Mycoplasma pneumoniae es la especie responsable de millones de infecciones pulmonares por año. En la mayoría de los casos se presenta con manifestaciones clínicas como faringitis, traqueobronquitis y bronquiolitis. La neumonía que provoca puede afectar el tracto respiratorio superior, inferior o ambos. Los síntomas suelen aparecer gradualmente, durante unos pocos días, y pueden persistir durante semanas o meses. En caso de individuos con inmunodeficiencia humoral y/o celular están más predispuestos a padecer una enfermedad más severa por este microorganismo. Mycoplasma pneumoniae puede causar una enfermedad severa en pacientes HIV positivos. La infección por Mycoplasma pneumoniae se caracteriza por un inicio insidioso, fiebre, cefalalgia, inflamación de la faringe, ronquera y tos persistente (traqueobronquitis) de día y de noche, incluso puede presentarse con otalgia. La infección afecta la tráquea, bronquios, bronquiolos y tejido peribronquiales y puede extenderse hacia los alvéolos y paredes alveolares. En casos no complicados, el período febril agudo dura aproximadamente una semana, mientras que la tos y la fatiga pueden durar semanas. Mycoplasma pneumoniae se transmite de una persona a otra por medio de aerosoles de secreciones respiratorias infectadas, el período de incubación varía entre dos a tres semanas. El diagnóstico de la infección por Mycoplasma pneumoniae no debe basarse únicamente en el resultado de una prueba de PCR. Un resultado positivo debe determinarse junto con la presentación clínica y las pruebas clínicas adicionales establecidas. Además, este ensayo no puede diferenciar entre organismos viables y no viables. Un resultado negativo de la PCR indica la ausencia de ADN de Mycoplasma pneumoniae a niveles detectables en la muestra analizada y no excluye el diagnóstico de enfermedad.