Estudios

Esta prueba es útil para la búsqueda de parásitos sanguíneos causantes de malaria. Incluye a las especies Plasmodium vivax, Plasmodium malarie, Plasmodium falciparum y Plasmodium ovale. El parásito del género Plasmodium es un protista unicelular que necesita un huésped (ser humano) y un vector (mosquito hembra del género Anopheles) para poder llevar a cabo su ciclo vital. Las formas parasitarias del género Plasmodium requieren ingresar a las células (hepatocitos en el hígado y eritrocitos) para reproducirse y desarrollarse. Específicamente, en el humano son los agentes causales de la malaria. El vector del Plasmodium es la hembra del género de mosquitos Anopheles. Se han identificado 30 especies de este mosquito que son vectores del Plasmodium. Cuando la hembra del género Anopheles pica a una persona infectada con algunas de las especies del género Plasmodium se convierte en el agente trasmisor del parásito, y al momento de picar a una persona sana le trasmite el Plasmodium, que de esta forma podrá entrar a su torrente sanguíneo. Una vez dentro del torrente sanguíneo, el Plasmodium migra hacia el hígado, invadiendo y colonizando los hepatocitos. Dentro de cada célula hepática se pueden producir un promedio de 20,000 formas intermedias del parasito. Eventualmente, las células hepáticas son destruidas, liberando al torrente sanguíneo todos los parásitos que estaban retenidos en ella. A continuación, invaden los glóbulos rojos (eritrocitos) para alimentarse de la hemoglobina. Dentro de los glóbulos rojos, el parásito alcanza la madurez. Cuando el parásito lleva ya suficiente tiempo dentro de los eritrocitos, estos se debilitan y experimentan lisis celular: la membrana celular se rompe, liberando al torrente sanguíneo restos de hemoglobina y miles de Plasmodium. Entre las especies responsables del desarrollo de la malaria o paludismo en el ser humano destacan las siguientes: Plasmodium falciparum: es la especie más virulenta de todas. A ella se deben el 80% de los casos de malaria que anualmente se reportan. Asimismo, es potencialmente mortal (90% de los casos). Su periodo de incubación (el tiempo que tarda el individuo en manifestar algún signo o síntoma después de que el parásito haya entrado en su organismo), es de 7 a 14 días. Esta especie abunda particularmente en el continente africano, especialmente en el área subsahariana. Plasmodium vivax: se encuentra con mayor frecuencia como agente causal de la malaria. Afortunadamente, causa una variante benigna y no produce tantos estragos como otras especies. Su periodo de incubación es de 8 a14 días. Plasmodium malariae: es otra de las especies responsables de generar malaria, no solo en el ser humano, sino también en los perros. El tipo de malaria es relativamente benigna, sin consecuencias mortales. Su periodo de incubación es de 7 a 30 días. Plasmodium ovale: es un agente patógeno, responsable de un tipo de malaria benigna. Su periodo de incubación es de 8 a 14 días. Es propio de ciertas regiones del continente asiático, como Filipinas e Indonesia. Aunque los síntomas son generalmente los mismos, cuando el agente patógeno es Plasmodium falciparum, estos evolucionan hacia un cuadro más severo. Entre los síntomas y signos más representativos de esta enfermedad se encuentran una fiebre elevada, escalofríos, sudoración, anemia, cefalea, náuseas y vómitos, así como dolores musculares. En el caso de que la malaria sea causada por Plasmodium falciparum, se pueden presentar algunos signos considerados de peligro, que alertan de una complicación severa en el curso de la enfermedad. Los principales signos de peligro destacan la ictericia, la cianosis (coloración azul de la piel y mucosas por falta de oxigenación), disnea, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria), hiperémesis (náuseas y vómitos extremos), hiperpirexia (fiebre extremadamente elevada) y alteraciones neurológicas. Nombres alternativos: Paludismo; Parásitos de la malaria; Detección del DNA de Plasmodium; Parásito del paludismo.